Para qué me sirve
¿Para qué me sirve la matemática?

Para realizar estimaciones:
La matemática sirve
para realizar estimaciones. Tener una noción de fracciones, divisores,
múltiplos, áreas y volúmenes permite, por ejemplo, calcular a ojo cuánto
espacio ocupa un terreno, cuán alto puede ser un edificio o cuánto tiempo puede
faltar para llegar a tal lugar, la distancia que nos separa de él, o cuánto
líquido más hay en una botella en comparación a otra más chica. Sacar
estimaciones siempre nos permite tener una idea más clara de cantidades, relaciones
y demás que son útiles en muchas situaciones prácticas, por ejemplo, a la hora
de preparar una torta, encontrar el mayor beneficio al comprar un producto,
estimar el tiempo para realizar cierta actividad, determinar cuántas canciones
voy a poder escuchar en un viaje antes de llegar a destino, etc.

Sirve para resolver problemas correctamente:
Sirve para resolver problemas correctamente. Gracias a la casi constante
aplicación de la lógica en todo lo que se refiere a matemática, podemos
aprehender las mejores metodologías para encarar los problemas y buscar
soluciones coherentes y eficientes, basándonos en principios básicos, o no
tanto, de causa-efecto.

Sirve para pensar en base a la lógica:
Sirve para pensar en base a la lógica y los conjuntos. Así evitamos caer
en errores típicos, nos podemos permitir entablar charlas correctas con otra
persona, y estar seguros que lo que estamos diciendo tiene sentido. Permite
darse cuenta, por ejemplo, que decir "si llueve no voy a salir", no
significa que quien lo dice saldrá en el caso de que no llueva, o que decir
"todos los objetos azules son lindos; yo tengo un objeto lindo", no
implica que mi objeto sea azul. Con respecto a los conjuntos, conocer bien las
relaciones entre ellos y sus elementos permiten entender cualquier
tema que involucre agrupaciones de elementos de todo tipo. Por ejemplo, si
decimos "las galletitas se dividen en ricas o feas, y en dulces o
saladas", podemos deducir fácilmente que no existirá ninguna galletita
dulce y salada al mismo tiempo, pero que puede haber, seguramente, galletitas
ricas y dulces.

Sirve para comprender al mundo físicamente:
Sirve
para comprender al mundo físicamente. Y me refiero a cosas no tan obvias. Por
ejemplo, para entender que estrellas que vemos por la noche pueden ya haber
desaparecido en la realidad, o que parándome en una silla con un pie puede
generarle más daño que con los dos, ya que aplico toda la fuerza en un área
menos distribuida (un sólo pie). Otros ejemplos típicos pero curiosos son el
hecho de comprender que dos objetos se aceleran a la misma velocidad al caer
sin importar cuál es más pesado que cuál, o que si estamos en una habitación
con un ventilador y una luz intermitente, es posible que no notemos el giro de
las aspas si la frecuencia de la luz es múltiplo de la frecuencia de giro del
ventilador.

Sirve para buscar la mejor solución:
Sirve
para buscar la mejor solución entre varias posibilidades, o conocer cuántas
soluciones posibles existen, y, por lo tanto, qué tan posible será que ocurra
lo que deseo. Esto se puede relacionar con las probabilidades y las fórmulas
básicas de combinatoria. ¿cuál es la probabilidad de que mi billete de lotería
sea el ganador, o cuál es la de que tres dados que arroje sumen 15? Suponiendo
que en una semana querés visitar 5 provincias, y querés aprovechar y pasar por
todas sin desperdiciar el tiempo, ¿cuál será el recorrido al que le tenga que
dedicar menos tiempo, o que sea el más corto? lo interesante es saber que en
realidad existen 120 recorridos para 5 provincias, por lo cual será complicado
determinar el más conveniente.

Sirve para comprender algunas situaciones:
Sirve
para comprender que existen situaciones demasiado complejas que muchas veces
subestimamos. Por ejemplo, supongamos que tenemos un criadero con una pareja de
conejos, y sabemos que en promedio, las parejas poseen 2 conejos cada dos
meses. En el mejor de los casos -que la pareja que nace siempre sea hembra y
macho-, para dentro de dos años estaremos ante 4096 conejos -siempre en el
mejor de los casos-, lo cual es mucho más de lo que uno pensaría -el error está
en pensar que la "regla de tres simple" es la solución a cualquier
problema aparentemente sencillo. Otro ejemplo fue el caso anterior de las
provincias, en el cual uno podría pensar que su solución es mucho más simple.
Te propongo colaborar
en la siguiente pizarra: